¡NUTRICIÓN ES PREVENCIÓN!

“Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina, tu alimento” – Hipócrates.

Últimamente leemos en diferentes medios la importancia de una adecuada nutrición para tener un cuerpo saludable y fuerte ante diferentes enfermedades que existen en el ambiente. ¿Por qué? Porque el adecuado funcionamiento de nuestro cuerpo y su metabolismo dependen de los nutrientes que encontramos en los alimentos.

Esto “abre” una ventana poco conocida o reconocida en cuestión de nutrición, ya que muchas veces la visualizamos para un resultado estético o acudimos a ella una vez que la enfermedad está presente; omitiendo la oportunidad de alimentarnos sanamente por prevención y protección a nuestra salud (y es por esto que me encanta la nutrición pediátrica, puesto que es la base de los hábitos de alimentación que nos acompañarán en nuestra vida, pero de eso hablaremos otro día).

Una adecuada alimentación nos previene de múltiples enfermedades como diabetes, cáncer, estreñimiento, gastritis, sobrepeso, anemia, etc. Actualmente debido a la pandemia de COVID-19, escuchamos mucho sobre la importancia de fortalecer nuestro sistema inmune con ejercicio y alimentación saludable, incluyendo en nuestro día a día diferentes alimentos que nos ayuden a este fin, pero… ¿cómo puedo ofrecerlos? Primero debemos identificar qué alimentos son excelentes potencializadores de nuestro sistema inmune:

Pimiento rojo
Espinaca
Brócoli
Arándano
Kiwi
Papaya
Cítricos
Yogur natural
Almendra
Aguacate
Pescados grasos (salmón, atún)
Ajo
Jengibre
Té verde

Una vez identificados, intentemos que en nuestras compras estén presentes estos alimentos y organizar nuestro menú para incluirlos. Por ejemplo en el desayuno incluir una de las frutas mencionadas con yogur; de colación unas almendras o guacamole con tostada horneada; en la comida condimentar con ajo e incluir verduras mencionadas (al vapor, crudas, en sopa, asadas, salteadas); en la tarde un poco de fruta picada, en smoothie o paleta helada sin azúcar; de cena incluir también verduras en diferentes preparaciones (dentro del sándwich, sobre las quesadillas, con el huevo, etc.). De bebida puedes incluir el té verde (caliente o frío sin azúcar, e incluso mezclado con algún sabor) o de jengibre; sin excedernos de 2 tazas.

Otro punto importante y relacionado es el ejercicio, si no acostumbras hacerlo; puedes empezar con tiempos cortos de 10-15 min o a manera de juegos con la familia (elástico, aro, brinca soga, etc.) y poco a poco ir aumentando el tiempo. Recomiendo establecer un horario fijo, puesto que solemos ir retrasando el ejercicio en casa porque “tenemos todo el día para hacerlo” y cuando nos damos cuenta, el día ya acabó; o también vestirte con tu ropa deportiva como recordatorio.

Estoy segura que estando un poquito más atentos a las compras, la planeación de menús y la realización de actividad física podremos lograr ligeros cambios que nos ayuden a tener una alimentación más saludable y a fortalecer nuestro sistema inmunológico sin necesidad de un suplemento farmacéutico.

Recuerda que nuestro cuerpo es la única casa que tendremos toda nuestra vida, así que es importante darle lo mejor y cuidarlo.

¡Nutre lo que amas, ama lo que te nutre!

L.N. Natalia Torres Mesías Vales

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Soy Licenciada en Nutrición egresada de la Universidad Marista de Mérida; realicé mi Servicio Social en el Hospital Infantil de México Federico Gómez; cuento con un diplomado y cursos en Nutrición Pediátrica, además de ser docente de dicha asignatura a nivel universitario y posgrado. De igual forma cuento con diversos cursos en Lactancia Materna y trabajé como Coordinadora del Centro de Lactancia Materna del DIF Mérida por 3 años.